Inicia investigación sobre contaminación de los ríos Pichán y Alambí

 

Hace más de una década, las denuncias de los moradores de las parroquias rurales de Calacalí y Nono,  sobre la grave contaminación de la quebrada El Carnero y los ríos Pichán y Alambí siguen sin una respuesta efectiva, mientras estos cuerpos de agua se degradan aceleradamente.

El río Pichán, parte del Corredor Ecológico del Oso Andino, que alguna vez fue cristalino, refugio de aves y hogar de peces, hoy se ha convertido en un vertedero de desechos humanos e industriales. Según habitantes del sector, el río recibe directamente los residuos del camal de Calacalí —subproductos de la faena de ganado—, además de líquidos de colores cuya procedencia se presume industrial. A esto se suman aguas servidas y residuos animales, lo que ha transformado al Pichán en un río turbio y pestilente.

Los vecinos de Calacalí denuncian también que, en ciertas horas del día, el centro poblado se inunda de olores nauseabundos, una situación que ha deteriorado la calidad de vida y generado indignación comunitaria.

Frente a esta realidad, y con el respaldo académico de la Universidad de Las Américas (UDLA), la estudiante Renata Muñoz —miembro de nuestro colectivo Biodiverso Chocó y habitante del sector— ha iniciado una investigación de tesis centrada en el análisis metataxonómico del río Pichán y el río Alambí. Esta investigación busca generar información científica rigurosa que sirva de base para exigir a las autoridades acciones urgentes de reparación y recuperación ecológica.

El pasado 6 de junio de 2025, se realizó la primera toma de muestras en ambos ríos, en una jornada liderada por el equipo de docentes investigadores Blanca Ríos y Pablo Castillejo, junto a la propia Renata Muñoz, marcando el inicio de un proceso donde participa la Academia y la comunidad

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